Madre de concejal muere durante robo en Mar de Ajó

Fue hallada sin vida en su casa Beatriz Zaramatti, de 78 años. La encontró su propio hijo, el concejal por el PRO del Partido de La Costa Sergio Santana. Se presume que se trató de un homicidio en ocasión de robo.

Como Beatriz no le contestaba los mensajes, Sergio se preocupó y fue a su casa de la localidad de Mar de Ajó para ver qué estaba sucediendo. Al abrir la puerta se encontró con una imagen dantesca. Su madre yacía en el piso, ya sin vida, con una herida en la cabeza.

Las autoridades sospechan que se trató de un homicidio en ocasión de robo. Los investigadores se inclinan a pensar que se trata de alguien a quien la victima conocía. No había ningún indicio de que se tratara de una “entradera” violenta porque la casa no estaba revuelta. Sólo una silla tirada en el piso. Sin embargo fue asesinada a golpes en la cabeza con un utensilio de cocina: una plancha para hacer bifes.

La víctima tenía una lesión sobre el parietal derecho, por encima de la oreja. Los forenses estiman que su muerte se produjo la noche anterior al día en que su hijo la encontrara tirada en el piso de la cocina. Una hornalla permanecía aún encendida y a su lado había una olla con agua.

En la casa faltaba una “cajita” con dinero que la mujer guardaba en un ropero de la habitación. A la vista permanecían intactos el teléfono celular y cadenitas de plata, lo que indica que los ladrones sabían qué buscaban.

Se ordenaron allanamientos en las casas vecinas. En esos operativos se secuestró un juego de sábanas y un par de zapatillas que van a ser analizados. También los peritos analizarán en profundidad la bífera, en busca de huellas y del ADN del asesino.

Interviene en el caso el fiscal Martín Prieto, de la Unidad Funcional de Instrucción N° 2 de la jurisdicción, que trabaja en colaboración con efectivos de la Comisaría de Mar de Ajó y detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Dolores.

Beatriz Zaramatti vivía sola, en un complejo de viviendas donde ella, como propietaria, alquilaba los dúplex a los interesados. Daba clases de gimnasia y estaba jubilada. Este crimen ha alarmado a los marajenses, teniendo en cuenta que el modus operandi de la delincuencia les resulta totalmente inusual. En el HCD costero, ambos grupos políticos mayoritarios repudiaron enérgicamente el hecho y exigieron su inmediato esclarecimiento.