Mar de Ajó y un análisis sobre los Planos de 1935 y 1937.

Origen de Mar de Ajó

Al comenzar el siglo XX, las playas del Cabo San Antonio, pertenecientes al Partido de General Lavalle, eran una extensión de arenas y médanos. Solamente contaban con una mínima dotación de hombres los faros San Antonio y Punta Médanos, quienes solían estar aislados durante gran parte del año. Los dueños de los campos linderos a la costa eran las familias Leloir de la estancia El Tuyú, Duhau de la estancia San Bernardo y Cobo – Ramos Mejía de la estancia El Centinela. Estos establecimientos rurales se dedicaban a la ganadería y le daban la espalda al mar, ya que una extensa franja de arena separaba las playas de los campos verdes. 

Pese a ello, fueron estos estancieros y su personal los primeros que se animaron a disfrutar de las olas y el suave declive de estas orillas del Atlántico. Aún hoy podemos ver el Castillo de Duhau entre La Lucila del Mar y Aguas Verdes; o los chalets que los Cobo Ramos Mejía, construyeron en 1925 al norte de Punta Médanos para pasar los veranos. Otras familias de estancieros de la zona que se acercaban a las playas en los días cálidos eran los Larrondo, Goñi, Esperón, Silva, Quinteros y Campos. 

Por esos años los únicos centros urbanos de la costa eran Ostende, Mar del Plata, Miramar y Necochea.

En 1933, a los chalets de Rafael Cobo y su yerno Isaías Ramos Mejía, se acercó Furio Plácido Springolo a proponerles edificar una ciudad balnearia en sus tierras. Luego de varias entrevistas los estancieros decidieron destinar el sector norte de su establecimiento para realizar una urbanización, en la playa conocida como La Margarita, por encontrarse naufragado en la rompiente un barco con ese nombre desde 1880. 

Springolo sería el encargado de los trabajos, como empleado de la nueva compañía fundada por los propietarios del campo: Tierras y Balnearios S. R. L. Con su familia se instaló en una carpa desde el verano de 1934 y personalmente abrió un precario camino desde el almacén de Pavón hasta la playa. En 1935 organizó excursiones con socios del Automóvil Club para que conozcan el lugar, además de convocar al corredor de autos Ernesto Blanco, para que en nuestras playas batiera el récord de velocidad de aquel entonces, con su Reo, llegando a 176 Km. /h. En agradecimiento al A.C.A por la promoción del lugar, la empresa donó cuatro hectáreas para que la institución instalara su camping. Además, se construyeron la fábrica de bloques de cemento y las dos primeras hosterías, llamadas Mar de Ajó y La Margarita. La falta de presupuesto para las obras le impidió a Springolo forestar para asentar los médanos, por lo que debió conformarse con correrlos para adentro con el uso de tractores. Para todas estas tareas, el fundador de Mar de Ajó contó con la ayuda de Tomás Vaquero, José Manresa y Julio Quiroga, padres de familias pioneras del lugar. 

Con los trabajos aun sin terminar, la venta de los lotes fue encomendada a la firma Furst Zapiola y Co., realizándose el primer loteo del pueblo llamado Mar de Ajó, el sábado 21 y domingo 22 de diciembre de 1935, a las 14,30 horas. Si bien la empresa tenía sus oficinas porteñas en la calle Reconquista 579, los remates los hacía en el salón de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, de Av. Leandro N. Alem 324. 

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Folleto y Planos de 1935

Como para todo loteo, se entregaron folletos y planos de la futura urbanización, donde además de poder ubicarse los terrenos en venta, había una serie de información y fotografías para promocionar el lugar.

En el folleto y plano publicado en 1935, después del encabezado en letras rojas del nombre de la empresa Furst Zapiola y Cía, se leía “UNA NUEVA CIUDAD BALNEARIA” y a continuación “MAR DE AJO”. “LA MAS ESTUPENDA PLAYA DEL ATLANTICO”. “1570 LOTES, QUINTAS Y CHACRAS”. Para ilustrar la portada había una fotografía del automóvil REO de Ernesto Blanco junto al mar, rodeado de personas que participaron de la excursión del Automóvil Club Argentino. El epígrafe decía “Playa de la Nueva Ciudad Balnearia MAR DE AJO”.

Mirando el plano vemos el trazado vemos un diseño de cuadrícula, pero con la presencia de cuatro diagonales en el sector en venta, mas otras más en áreas futuras. Una curiosidad es que las calles ya venían con sus nombres, de las cuales, la mayoría aún lo conservan. El sector de lotes estaba dividido en 198 manzanas, que a la vez cada una se dividía hasta en 16 terrenos. 

Están marcados los terrenos que fueron reservados para escuelas, comisaría, plaza, casa municipal, juzgado de paz, registro civil, iglesia - casa cura, telégrafo provincial, corralón municipal, potrero policial, matadero, cementerio y hospital. También varias hectáreas están reservadas para el Parque General Lavalle y su Daytona Hotel. También al sur de los terrenos en venta estaban las tierras reservadas para los links de golf.

Otro plano que figura en este mismo folleto, incluye el sector de futuro crecimiento y las tierras que se vendían como quintas y chacras. En la misma página vemos el título “LA OPINION DE PERIODISMO”, con extractos de notas publicadas en La Prensa, La Nación, El Mundo, La Razón, Noticias Gráficas, Mundo Argentino, Noticias Automotrices, Automovilismo y El Hogar. También agregaron aquí las fotos del Faro Punta Médanos de 1893, con el epígrafe “Faro ubicado en el extremo Sud de la Playa en venta” y del navío ingles Her Royal Highness encallado en 1883 al sur de Punta Rasa, al que confunden con La Margarita, ya que en el epígrafe escriben “Casco del barco La Margarita que motivó el nombre de esta playa”.                

 Una parte interesante es el plano del “camino general de Buenos Aires a Mar de Ajó”, que también lo llaman “CAMINO COSTANERO DEL SUD”, siendo la Ruta Provincial 11 que saliendo de La Plata pasaba por Magdalena, Punta Indio, General Conesa y General Lavalle. Además, vemos el “PLANO COMPARATIVO CON KILOMETRAJE EN AUTOMOVIL DESDE LA CAPITAL”, donde destacan los 365 kilómetros que hay a Mar de Ajó, comparándolos con los 400 a Ostende, 450 a Mar del Plata, 485 a Miramar y 540 a Necochea. Esta parte del folleto está ilustrado con fotografías de los chalets del Ing. Cibils Avellaneda y el del Arq. Isaías Ramos Mejía, que estaban en sus campos frente al mar, pero muy lejos de la urbanización. 

Pero el afán de vender lotes hizo que este material gráfico estuviera repleto de engaños o promesas muy lejanas. 

Por ejemplo, se reproduce el texto de la Ley 11648 sobre la “Construcción del ramal de ferrocarril de Dolores a la Playa de Ajó (en construcción)”. Línea que en realidad estaba solicitada hace mucho tiempo, para ir al Puerto de Ajó, que es General Lavalle y no Mar de Ajó. Ramal que nunca se empezó a construir, pese a que el Ferrocarril del Sud había comprado terrenos donde ahora está Las Toninas.

Otra gran mentira es cuando ubica a la futura localidad “SOBRE EL CAMINO PAVIMENTADO DE LA COSTA. A 6 HORAS DE LA CAPITAL FEDERAL”. Cuando en 1935 ni la Ruta 2 estaba pavimentada y aún faltaban más de 40 años para que por la Ruta 11 se llegara a Mar de Ajó por asfalto.

De los terrenos reservados para instituciones, solamente uno de los destinados a escuela se utilizó para ese fin, quedando los restantes en medio el arenal, razón por la cual cuando de a poco se pudieron concretar la creación de las entidades, fue necesario ubicarlas en lugares mas cercanos a las zonas pobladas del pueblo. Los links de golf nunca se hicieron y el proyectado Daytona Hotel, solo quedó en el dibujo e imaginación de los que hicieron el plano. Curiosamente, los dos únicos hoteles que había al momento de loteo, las hosterías Mar de Ajó y La Margarita, no figuran en este primer folleto y estaban afuera del área a vender, al igual que las tierras del Camping del Automóvil Club.    

Una anécdota familiar de 1936

Mi abuelo Sen Rafael Bernasconi, junto a sus cuñados Rodolfo Larrondo y Nicolás Goñi, compraron ese 21 de diciembre de 1935 el terreno J de la manzana 198. Lo habían elegido porque según el plano estaba frente al mar, sobre la Avenida Costanera General Juan Lavalle. En enero de 1936 emprendieron el viaje a Mar de Ajó. Tomaron el Camino de la Costa, hoy Ruta 11, que en sus primeros kilómetros mi abuelo conocía de memoria hasta la Base de Punta Indio donde prestaba servicios como suboficial mayor aeronáutico. Más al sur el camino de conchilla entraba en una zona de campos bastante despoblados, sin ningún pueblo en el camino, cruzando por precarios puentes los ríos Samborombón, Salado e infinidad de arroyos. Luego venía la pulpería Cerro de la Gloria, el puente de hierro del Canal 9, el almacén Esquina de Croto y el hermoso puente sobre el Canal 1. En el pueblito de General Conesa el camino se tornaba barroso y tras pasar el almacén El Centinela, comenzaba a esquivar cangrejales, el puente metálico sobre la Ría Ajó o Canal 2 y se llegaba al antiguo pueblo de General Lavalle. De allí a Mar de Ajó solo había una huella de arena. ¡¡Si bien la publicidad del loteo decía “a 6 horas de la Capital”, ese primer viaje duró 18 horas!! ¡¡Primera mentira de los rematadores!!

Las mentiras siguieron aflorando no bien entraron al loteo. Al llegar al mar, encontraron que no existían ni la costanera ni calles trazadas hasta el lote que habían comprado, por lo que debieron bajar con los autos a la playa y de ahí hacia el sur hasta encontrar el lugar.

Pese a lo desolado y desorganizado del loteo, la playa era fantástica, amplia y con un suave declive hacia el mar. Tras dejar los autos en la arena del primer médano, armaron las carpas en el terreno. Día a día fueron llegando los materiales en carretas o camioncitos. De a poco la casita frente al mar fue tomando forma. Al terminar ese verano de 1936 la primera parte de la casa estaba lista. Como tantas otras casas del naciente Mar de Ajó.

Folleto y Planos de 1937

Como dos años después del primer loteo aún quedaban muchos terrenos sin vender, la firma Furst Zapiola y Cía organizó el “2º GRAN REMATE EN MAR DE AJO, FRENTE A LA MEJOR PLAYA DEL ATLANTICO”, como rezaba este segundo folleto y planos, que anunciaba la venta de 783 lotes y quintas, siendo la base 1 peso por mes, en 120 mensualidades sin interés. Otra vez el remate se hizo en el salón de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, los días 18 y 19 de diciembre de 1937. Según vemos, la empresa inmobiliaria además de sus oficinas porteñas, tenía sucursales en las ciudades de Mar del Plata (Rivadavia 2150 “frente al Bristol”) y en Córdoba (Avenida General Paz 186 “al lado del Jockey Club”).  

El estudio de esta nueva publicación es interesante, para poder hacer una comparación con la de 1935. Si bien son muy parecidas, repitiéndose mentiras como que el balneario estaba sobre el camino pavimentado y a seis horas de Buenos Aires. En esta edición las fotos son diferentes, ya que muestran construcciones edificadas en esos dos primeros años del pueblo.

En la portada se ve la Hostería La Margarita “con 30 habitaciones y 18 cuartos de baño” y la Hostería Mar de Ajó “con 25 habitaciones y 10 cuartos de baño”. Con el título de “ALGUNAS DE LAS NUEVAS CONSTRUCCIONES Y ADELANTOS DE MAR DE AJO” se incluyen una serie de fotos de las casas de Angela Pisani de Ciancio, Eduardo A. Forte, Lázaro y Carreto, Antunovich de Belloni, Desiderio N. Candio y de Esteban Rodríguez Canedo. Además de otras casitas frente a la playa y el Hotel Silvio “con 10 habitaciones y 3 cuartos de baño”. No faltó la foto del equipo Ceterpillar para mantenimiento de las calles, el campamento de Vialidad Provincial y en cuanto a barcos hundidos, imágenes del Anna al que no nombra y la verdadera foto del buque La Margarita, cuyos restos están justo frente al pueblo.

Pero lo más destacable del plano de 1937, es que figuran los apellidos de todos los compradores en el loteo de 1935, aclarándose también si el terreno de cada uno está edificado.

A modo de ejemplo puedo ver la manzana 198, ubicada entre Avenida Costanera Costanera General Lavalle, Magallanes (hoy Almirante Brown), Belgrano y Solis (hoy Torino). Allí de los 16 terrenos originales, 15 ya estaban vendidos, quedando solamente uno libre sobre Belgrano. De los 15 lotes con dueño, solo 3 estaban edificados. Los propietarios que habían construido eran Biffino – Bonino del Hotel Silvio, Bernasconi – Goñi – Larrondo de Achalay - Sirimiri y Stimpfi de La Marejada. El resto de la cuadra figura con los nombres de los dueños, entre ellos la Sociedad de Fomento Mar de Ajó, que tenía ya su lote frente a la playa, donde un par de años después levantaron la casa para el telégrafo, correo y destacamento policial.

Así como analizamos nuestra manzana, lo podemos hacer con las 197 restantes, obteniendo el listado completo de los primeros propietarios de pueblo de Mar de Ajó, como así también la ubicación de las primeras construcciones, levantadas entre diciembre de 1935 y diciembre de 1937.

Historiador Ariel Bernasconi. es Miembro Consejo Consultivo de la 
Federación de Entidades de Estudios Históricos de la Provincia de Buenos Aires.