Por aquel entonces era un camping en cuyo predio don David y sus hijos, habían instalado una pileta de natación para ofrecer un servicio más a los acampantes. La familia Méndez, dueños del lugar, sintieron desde siempre un gran amor por la naturaleza. Por aquellos años en sus recorridas por las playas, aparecían muchos animales enfermos o cubiertos con petróleo a quienes empezaron a socorrer para intentar curarlos.

Así fue como muchos vecinos y turistas se acercaban a ver como trataban a esos primero pingüinos empetrolados que rescataban o a los lobos marinos que perdidos quedaban solitarios en las playas o aquel famoso primer delfín que rescataron y colocaron en la pileta que nunca más sería para los visitantes del camping. Fue tanta la conmoción y la cantidad de turistas y vecinos que se acercaban para ver de cerca como se los alimentaba, con esos peces que primero debían pescar en la Ría de San Clemente.

El interés advertido en los visitantes llevó a los Méndez a concebir la idea de crear mejores condiciones para que los animales permanecieran todo el año. Para ello hubo que reformular el proyecto del camping y poner manos a la obra. Una familia emprendedora por naturaleza no dejaría un solo detalle de lado y así comenzó esta empresa: se reformularon las posibilidades del terreno, para lo cual hubo que rellenar los bajos y construir piletas más grandes. Había que ofrecer comodidades al visitante para poder ver y apreciar aquellos animales rescatados en las mejores condiciones posibles.

Año tras año el oceanario fue creciendo y tomando nuevas dimensiones convirtiéndolo rapidadamente en el único en su género de toda América Latina. La posibilidad de ver aquella orca que recuperaron de una varadura en la bahía despertó gran interés en el público y así, de a poco, el oceanario empezó a ser reconocido como Mundo Marino. En seguida su fama trascendió el Partido de La Costa, luego la provincia y en poco tiempo la del país. Su fama internacional estaba vinculada al conocimiento de los miles de personas que pasan año tras año, pero fundamentalmente el reconocimiento deviene del gran trabajo que se hace en el rescate, recuperación y cuidado de los animales marinos con problemas de varamiento, cetáceos que pueden morir de deshidratación, lobos marinos que deben ser protegidos de la peligrosa curiosidad de los turistas, tortugas marinas en peligro de extinción enredadas en restos de redes.

Hoy ya todos sabemos que para todas esas problemáticas y para muchas otras, lo primero que hay que hacer es llamar a Mundo Marino. El Parque cuenta con profesionales veterinarios especialistas en la fauna marina que asisten rápidamente al animal en problemas y muchas veces se consigue salvarlos. Todos recordamos escenas del mediático salvataje de una ballena que encalló en nuestras playas. Toda una proeza que requirió hasta de máquinas para moverla. El momento crucial es siempre la devolución al mar, que en este caso se produjo sin contratiempos ante la aclamación de especialistas y curiosos.

Otra importante característica de Mundo Marino ha sido la del cuidado de las orcas y delfines cautivos. Se los domestica en base al amor que le prodigan los entrenadores, se busca además la reproducción generando las condiciones de vida natural. Es que el oceanario es parte de la naturaleza y lo que se busca allí es transmitir ese amor de los habitantes del mar y el del público, entrelazando las vidas marina y terrestre en un espectáculo hecho a la medida de un cuidadoso intercambio.

El Oceanario se completa con otros muchos escenarios como el albergue de pingüinos donde se trata de crear su hábitat natural para que la colonia pueda reproducirse. Cuenta también con una bahía de lobos marinos, donde se ofrecen charlas relacionadas con la tarea de la preservación de las especies protegidas. En este lugar, entre piedras y cascadas se puede observar y alimentar a los lobos marinos.

Otro gran atractivo es la visualización de la vida ultramarina a través de una ventana panorámica de una pileta de 30 metros que, entre otros, alberga a los cachorros de delfines nacidos en el parque. También se puede apreciar toda la actividad del acuario a través de documentales que se exhiben en las grandes pantallas de Imagen Show.

En resumen, Mundo Marino cumple sus primeros 40 años y en La Costa todos acompañan los festejos, celebrando la existencia de este emprendimiento que mutó de Camping a Parque Temático. Hoy el referente científico de la vida marina para toda Latino América y el mundo que es solo comparable a los más grandes Parques del Mundo, por su sabia combinación de atracción: para darle a la gente la posibilidad de conocer y amar la fauna marina y sostener así, la fundación: la que le da el sustento con el desarrollo científico que logran año a año.